El diagnóstico temprano representa un factor importante en el resultado de los tumores cerebrales. Estos son la segunda causa principal de muerte por cáncer en niños menores de 15 años y la segunda por cáncer de más rápido crecimiento entre las personas mayores de 65 años. Resulta vital conocer los detalles de este padecimiento para saber cómo afecta a las personas.
El cáncer cerebral es la mutación de las células en este órgano que pueden formar un tumor benigno o maligno.
La mayoría de los tumores cerebrales malignos y los cánceres cerebrales se diseminan desde otros tumores del cuerpo hasta el cráneo, incluidos los de mama y pulmón, el melanoma maligno y los cánceres de células sanguíneas —como la leucemia y el linfoma—. Algunos tumores cerebrales comienzan en las células que sostienen las células nerviosas del cerebro, donde pueden desplazar a las células normales y extenderse a otras partes del cuerpo. Los tumores destruyen tejido y causan problemas en otras partes del organismo debido a la presión que ejercen sobre el cerebro.
Los tumores cerebrales se agrupan por el tipo de células involucradas —meningioma, astrocitoma, linfoma, etc. — o por su ubicación en el cerebro. Las células metastatizadas pueden crecer en una o varias áreas del cerebro. Cabe destacar que casi la mitad de todos los tumores cerebrales no son cancerosos, crecen lentamente y responden bien al tratamiento.
Un tumor cerebral primario se asocia con la exposición a altas dosis de radiación, como tratamientos de radioterapia anteriores. El historial de exposición a la explosión de una bomba atómica también es un factor de riesgo importante. El cáncer en un miembro de la familia también conlleva un mayor riesgo, y se diagnostica con mayor frecuencia en la población de mayor edad.
No existe evidencia concluyente que vincule el cáncer cerebral con alimentos dietéticos, lesiones en la cabeza, pesticidas, internet, wi-fi y uso de teléfonos celulares.
Los síntomas producidos por los tumores cerebrales dependen de su ubicación, tamaño, tasa de crecimiento y etapa. Algunos benignos que crecen lentamente pueden llegar a ser bastante grandes antes de producir síntomas porque, a menudo, no hay inflamación de los tejidos cerebrales. Sin embargo, si debido a su tamaño o ubicación no se pueden extirpar fácilmente, resultan tan peligrosos para la vida como los tumores malignos.
Las personas que tienen síntomas que no desaparecen deben consultar a un médico de inmediato. Estos incluyen:
En las últimas etapas de la enfermedad es normal que ocurran cambios dramáticos en la presión arterial. Además, las convulsiones son un síntoma común de tumores cerebrales benignos y cánceres de crecimiento lento, sin mencionar que los tumores pueden hacer que una parte del cuerpo se debilite o se sienta paralizada. El oído, la vista y el olfato también se ven afectados. Por último, las personas que muestran cambios de personalidad, son propensas a la confusión y no piensan con claridad requieren atención médica inmediata.
Los tumores cerebrales pueden ser primarios o secundarios.
Las células tumorales se originan a partir del tejido cerebral primario. Este tipo se limita únicamente al cerebro o la médula espinal y nunca se propaga ni hace metástasis desde fuera del cerebro o del sistema nervioso central. El cáncer de cerebro primario es una enfermedad rara pero súper agresiva y de mal pronóstico.
Algunos de estos son:
El cáncer cerebral secundario viene de otra parte del cuerpo; se disemina por el cerebro. Un ejemplo es cuando el cáncer de mama o de pulmón hace metástasis en el cerebro. El cáncer cerebral secundario, o metástasis cerebral, es más común que el primario. El tratamiento y el pronóstico dependen del padecimiento principal.
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Si se sospecha un tumor cerebral, el médico podrá comprobar cómo funcionan las diferentes partes del cerebro a través de los reflejos, la fuerza muscular, el equilibrio y la coordinación, la capacidad para sentir pinchazos y distinguir entre frío y calor. También utiliza un oftalmoscopio para observar el nervio óptico, que puede sobresalir si aumenta la presión en el cráneo por un posible tumor.
Las principales pruebas para el diagnóstico del cáncer de cerebro son las siguientes:
Los tumores cerebrales primarios se tratan de manera diferente que los secundarios. El médico determina el enfoque de tratamiento adecuado según el tipo, tamaño y ubicación del cáncer, así como al edad y salud del paciente. Luego, discute con él los pros y contras de cada opción.
Referencias: Cedars Sinai
Irish Cancer Society
Med Park Hospital
Cancer Council
UCSF Health
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