A pesar de su nombre, la radioocirugía estereotáctica no es una intervención en el sentido tradicional, además de que no involucra incisiones. Este tipo de procedimiento usa una dosis de radiación calculada cuidadosamente para destruir células dañadas o irregulares, como tumores y vasos sanguíneos anormales, en el cerebro. También es conocida como radiocirugía estereotáctica.
El término “estereotáctica” describe la orientación precisa de una masa o lesión dentro del cerebro (o el cuerpo). Antes de que la radiación sea aplicada, imagenología es utilizada para crear una vista en tercera dimensión del área que será tratada y sus alrededores. Una vez que se hace esto, el trabajo comienza con efectos mínimos en los tejidos saludables cercanos.
Razones para someterse a una radiocirugía estereotáctica
- Tumores cerebrales, tanto benignos como malignos.
- Malformaciones arteriovenosas cerebrales y otros trastornos de los vasos sanguíneos del cerebro.
- Epilepsia causada por tumores u otras lesiones.
- Temblores provocados por la enfermedad de Parkinson.
- Neuralgia del trigémino, un dolor crónico que afecta los nervios de la cara.
¿Cómo se hace?
La radiocirugía estereotáctica en el cerebro se realiza con un sistema de computadora que integra imágenes (resonancias magnéticas y tomografías) tomadas uno o dos días antes de la cirugía. Las capturas se importan a la computadora para proveer una imagen tridimensional del cerebro y del área que será intervenida. Así, con otros instrumentos, los médicos pueden navegar por el órgano sabiendo exactamente dónde se encuentran para remover la lesión.
Este procedimiento también brinda la posibilidad de planear incisiones lo más pequeñas posibles en el área de trabajo, si es que son necesarias. Esto resulta en un menor daño, mejor cicatrización y una estética más aceptable para el paciente.
¿Qué puede tratar?
Esta cirugía puede ser una opción de tratamiento para pacientes con algunos tumores cerebrales metastásicos que surgen de otras partes del cuerpo (como los pulmones), También es ideal para estos padecimientos:
- Astrocitomas anaplásicos.
- Cordomas.
- Craneofaringiomas.
- Glioblastomas.
- Hemangioblastomas.
- Meningiomas.
- Tumores pineales.
- Adenomas hipofisiarios.
- Neuromas acústicos.
La radiocirugía estereotáctica funciona de la misma manera que otras formas de radiación. El tumor no es removido, pero el ADN de las células del tumor se distorsiona. Así, estas pierden su capacidad de reproducirse. Después del tratamiento, los tumores benignos se encogen en un periodo de 18 meses a 2 años; por otro lado, los malignos pierden tamaño más rápido, a veces, en un par de meses.
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Posibles riesgos
El mayor riesgo es un sangrado en el tumor. Esto puede causar desde un dolor de cabeza hasta un paro cardiaco, un coma o la muerte. De cualquier manera, el riesgo es muy bajo, tan solo del 5 por ciento; además, el porcentaje de mortalidad es del 1 por ciento. Otros riesgos incluyen infecciones, convulsiones y aquellos relacionados con la anestesia. Para minimizarlos, se asegura que la condición del paciente sea óptima antes de la operación.
Beneficios
Esta tecnología hace posible que los neurocirujanos alcancen los rincones más profundos del cerebro para corregir desórdenes que no se pueden tratar con una cirugía convencional. Debido a la casi remota posibilidad de hacer incisiones, los riesgos quirúrgicos e incomodidad son mínimos. Los pacientes adultos pueden ser sedados ligeramente, pero se mantienen despiertos durante el procedimiento.
La hospitalización es corta, aunque se necesita de al menos una noche de estadía. La mayoría de los casos requieren dos a tres días para atender problemas relacionados con la enfermedad y que no tienen que ver con la operación, como debilidad, convulsiones y fallas en la coordinación. La mayoría de los pacientes son tratados de forma ambulatoria; por esta razón, los periodos de recuperación son más cortos que los de una cirugía convencional.
Recuperación
Después de la radiocirugía estereotáctica, vendajes son colocados sobre los sitios de los pasadores del marco estereotáctico. Estos son removidos al día siguiente. Los pacientes permanecen bajo observación durante al menos una noche. Algunas personas experimentan sensibilidad mínima alrededor del sitio de los pasadores, donde, ocasionalmente, suele ocurrir hinchazón. La mayoría regresa a su casa al día siguiente si no hay mayores molestias.
Seguimiento
Cada caso debe ser individualizado entre el paciente, el neurocirujano y el oncólogo, lo cual resulta esencial para diseñar el mejor tratamiento. Regularmente, el neurocirujano requerirá una revisión un mes después del procedimiento para llevar a cabo un examen neurológico. Finalmente, se realizan tomografías y resonancias magnéticas seis meses después para checar el estado del área que se sometió a radiación. Los cambios necesitarán de uno a tres años para que hagan efecto.
Fuentes: DignityHealth
American Association of Neurological Surgeons
University of Rochester Medical Center