Con cualquier lesión existe el riesgo de empeorarla si el paciente no se somete a un tratamiento, esperando que los síntomas se alivien por sí solos. Las de columna son todavía más delicadas, pues la médula espinal es la encargada de controlar el sistema nervioso, el cual se comunica con el resto del cuerpo. Con una hernia discal, las complicaciones podrían ser todavía más importantes. Además de que causa mucho dolor, esta puede dañar los nervios o causar dolor crónico. Tratarla a tiempo significa prevenir toda una vida de molestia física. Vale la pena recordar qué pasa si no se trata una hernia discal para tomar cartas en el asunto.
Este padecimiento ocurre cuando el material gelatinoso que existe entre cada vértebra se sale de su lugar. Las tareas de los discos son evitar que las vértebras choquen entre sí —causando fricción— y facilitar el movimiento y la flexibilidad de la columna. Cuando uno se sale de lugar, la persona experimenta dolor en los nervios aledaños y entumecimiento. Además, los músculos alrededor de la hernia discal también pueden debilitarse.
En la mayoría de los casos, los discos se deterioran con el paso del tiempo o por una tensión repetitiva en la columna. Una mala postura empeora las cosas; pero, de una u otra manera, todo el mundo verá los efectos del desgaste con la edad. En ocasiones, los síntomas tardan en aparecer, pero cuando lo hacen, la calidad de vida de las personas desaparece. Es necesario recalcar que el dolor puede llegar a ser insoportable.
Evitar el tratamiento de una hernia discal es una decisión enteramente personal; pero el paciente debe entender que por delante habrá una vida de dolor constante.
De no atender el problema, el dolor interferirá con la capacidad de cualquiera de realizar tareas comunes y corrientes de diario.
Una hernia discal empeora con el tiempo, por lo que una cirugía de mínima invasión resulta una opción muy viable para reparar el daño.
Algunas de las consecuencias de no tratar una hernia discal pueden incluir dolor casi permanente, parálisis parcial y pérdida del control de esfínteres (en algunos casos extremos). Por supuesto, lo ideal es nunca tener que llegar a este punto para tomar acción.
También hay que considerar que el dolor puede reducirse en algunas ocasiones, pero eso no significa que los discos hayan sanado. De hecho, esto puede llevar problemas más serios que, eventualmente, se harán crónicos. De igual forma, el daño a los nervios puede ser permanente.
Una condición conocida como anestesia en silla de montar —en la que los nervios están tan comprimidos que se pierde la sensación en los muslos internos, la parte trasera de las piernas y el área alrededor del recto— es resultado de postergar el tratamiento.
Estos son algunos de los síntomas de no de tratar una hernia discal:
Lee también: Causas de una hernia de disco
Una hernia discal no puede sanar por sí sola. Tratamientos incluso menores o de mínima invasión son necesarios para tratar el dolor y contribuir a la recuperación del paciente. En ocasiones, la vida agitada de buena parte de la población impide agendar una consulta con un neurocirujano; pero es necesario considerar las consecuencias de dejar desatendido este padecimiento.
La lumbalgia es una condición que, además de debilitar, interfiere en la vida de las personas. Desde cosas tan sencillas como subir y bajar las escaleras hasta la vida sexual pueden verse seriamente perjudicadas por este mal. Por supuesto, muchos pueden acostumbrarse al dolor, pero no hay que olvidar que este empeorará con el tiempo.
Esto es lo que puede pasar si no se trata una hernia discal:
Debido a que la hernia aplica presión en los nervios circundantes, una sensación de entumecimiento estará presente alrededor del área. Aunque esto puede ser soportable al comienzo, se trata de una señal de peligro. La ya mencionada anestesia en silla de montar y la pérdida del control de los esfínteres son consecuencias poco comunes pero muy graves de postergar el tratamiento. Aunado a ello, el paciente se expone a que el daño sea permanente y a perder sensación en las piernas y en la espalda baja.
Una condición de esta naturaleza puede dejar a la persona incapacitada de trabajar para siempre, lo que significaría un golpe muy duro para sus finanzas. En algunos casos, el dolor es tan severo que el paciente simplemente no podrá levantarse para ir a trabajar. Además, el tiempo de incapacidad laboral es limitado.
Los riesgos y el temor son las principales razones por las que la gente suele ignorar los problemas relacionados con la hernia discal. Por suerte, procedimientos de mínima invasión —como la endoscopía de columna— no involucran mayores peligros. Los métodos no quirúrgicos que implican una medicación supervisada también son una opción.
Como ya se dijo arriba, la falta de tiempo para cuidar la columna también representa un obstáculo; sin embargo, es necesario ponerle atención en busca de priorizar la salud y evitar el dolor.
Referencias: AICA Orthopedics
Atlanta Brain and Spine Care
NeuroMicrospine
MidSouth Pain Treatment Center
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