Aunque se ha debatido mucho si la obesidad puede ser causante de dolor de espalda, lo que sí se ha comprobado es que es un factor que contribuye a exacerbar algunas condiciones.
Como una estructura que ayuda a soportar el cuerpo y permitir el movimiento, la columna tiene una curva que resulta más efectiva cuando está en posición neutral. Sin embargo, cuando una persona es obesa, el peso extra empuja la pelvis hacia adelante, causando que la columna se curve demasiado hacia adentro. A esto se le conoce como hiperlordosis, una condición que ejerce una presión anormal sobre los músculos de la espalda que soportan el peso.
Algunas estadísticas confirman que existe una asociación entre el peso y el dolor de espalda.
Un texto publicado en 2010 en la Revista Americana de Epidemiología concluyó que el riesgo de sufrir lumbalgia está directamente relacionado con el índice de masa corporal. El estudio encontró que las personas obesas son más propensas a buscar asistencia médica para tratar el dolor de espalda.
Otra investigación del Hospital de la Universidad de Tokio llegó a una conclusión similar en 2017. Tras estudiar el historial médico de 1,152 hombres, los investigadores encontraron que el índice de masa corporal, combinado con el porcentaje de grasa corporal, corresponde directamente al riesgo y la frecuencia de sufrir padecimientos de columna.
Sin embargo, otros aseguran que no es el caso. En 2017, un esfuerzo coordinado por la Universidad de Cornell arrojó que, si bien existe una conexión entre la obesidad y el dolor de espalda, otros factores más allá de la mecánica corporal contribuyen a ello. De cualquier manera, los investigadores dijeron que el incremento del tejido adiposo puede desencadenar cambios metálicos que juegan un papel tan importante en los problemas de espalda como el propio peso.
Al final, lo que determinaron es que la obesidad no ejerce una influencia directa en el dolor de espalda, sino que acelera o empeora trastornos subyacentes.
Lee también: Causas y síntomas del dolor de espalda en adultos mayores
La falta de actividad física puede causar una pobre flexibilidad y debilidad en los músculos de la espalda, la pelvis y los muslos. Esto también puede incrementar la curva de la espalda baja, haciendo que la pelvis se incline demasiado hacia adelante. Aunado a ello, no hacer ejercicio puede ir en detrimento de una postura adecuada. Conforme esta empeora, otras regiones de la columna comienzan a tener dolor.
Por supuesto, bajar de peso revierte cualquier problema relacionado con ello. Pero hay otras medidas para cuidar la columna vertebral cuando hay obesidad de por medio.
Como mencionamos arriba, el ejercicio cardiovascular y de peso pueden ayudar a fortalecer los músculos de la espalda. El yoga los puede hacer más flexibles.
La alimentación, por otro lado, es otro factor. Los alimentos con grandes cantidades de calcio y vitamina D —como productos lácteos y vegetales de hoja verde— ayudan a prevenir la osteoporosis, una condición en la que los huesos —como los de la columna— se vuelven delgados y quebradizos.
Referencias: VeryWell Health
Atlas Neurosurgery and Spine Center
Spine Universe
La mayoría de las personas inmediatamente relacionan la neurocirugía con intervenciones en el cerebro, pero…
Una inyección de bloqueo nervioso no solo se emplea como una prueba de diagnóstico, sino…
Cuando se trata de cualquier tipo de dolor, puede parecer natural descansar y esperar a…
Las malformaciones de Chiari suelen estar presentes al nacer, pero pueden desarrollarse más tarde, en…
El ejercicio resulta crucial para mantener el cuerpo sano. Los oficinistas, por ejemplo, llegan a…
La foraminotomía es una cirugía que quita presión de un nervio que sale de la…
Esta web usa cookies.