Una neuropatía, o daño nervioso, puede resultar de una variedad de condiciones —diabetes— o tratamientos —quimioterapia—.
Conocida también como neuropatía periférica, no es exactamente una condición médica, sino un término para describir distintos problemas que tienen que ver con daño en los nervios periféricos, así como con los síntomas que provocan.
Si bien es irreversible, es posible prevenirla o tratarla de formas diferentes. A continuación, hablamos más al respecto.
Una neuropatía periférica se refiere a las condiciones que resultan cuando los nervios que llevan los mensajes de y hacia el cerebro y la médula espinal a o del resto del cuerpo quedan dañados por algún motivo.
Los nervios periféricos conforman una intrincada red que conecta el cerebro y la médula con los músculos, la piel y los órganos. Salen de la médula y se acomodan en líneas llamadas dermatomas. Típicamente, el daño en un nervio afecta a uno o más de estos, los cuales se encuentran en áreas específicas del cuerpo. Esto interrumpe la comunicación entre el cerebro y otras partes del organismo, provocando dolor, impidiendo movimiento muscular y previniendo sensibilidad en los brazos y en las piernas.
Existen casi 100 tipos de neuropatía periférica; por ello, se suelen clasificar en las siguientes categorías:
Una neuropatía puede aparecer por tres razones:
Causada por factores del entorno, como toxinas, traumas, enfermedades o infecciones. Estas son las más comunes:
Neuropatías transmitidas de padres a hijos. La más común es la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth tipo 1. Se caracteriza por debilidad en las piernas y en los brazos. Los síntomas suelen aparecer entre la infancia y los 30 años. El padecimiento es resultado de una degeneración del aislamiento que rodea los nervios y que los ayudan a conducir los impulsos eléctricos necesarios para el movimiento muscular.
Se desconoce su causa. Casi un tercio de las neuropatías se clasifican de esta manera.
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Los síntomas dependen totalmente de la causa subyacente y del paciente, pero pueden incluir los siguientes:
Estos son los estudios más comunes para diagnosticar una neuropatía:
Este comienza identificando y tratando el problema subyacente, como diabetes o alguna infección. Desafortunadamente, no todas las neuropatías pueden curarse; en estos casos, el tratamiento se enfoca en controlar los síntomas y prevenir un mayor daño. Estas son algunas de las opciones:
Referencias: WebMD
Everyday Health
Cleveland Clinic
Mayo Clinic
Johns Hopkins Medicine
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