Si un paciente experimenta dolor de espalda constante, un especialista puede recomendar una mielografía, estudio útil para encontrar la causa raíz del problema. Se trata de un procedimiento que involucra la inyección de un contraste para que un radiólogo pueda tener una mejor visión del interior de la columna.
¿Qué es?
La mielografía —o mielograma— es un estudio de imagenología realizado por un radiólogo. Utiliza contraste y rayos X o una tomografía computarizada para encontrar alguna anomalía en el canal vertebral que tenga que ver con la médula espinal, las raíces nerviosas u otros tejidos.
El contraste se inyecta en la columna vertebral antes del procedimiento para que se diluya con el líquido cefalorraquídeo. Este aparece en los rayos x, lo que permite al radiólogo apreciar con mayor claridad la médula espinal, el espacio subaracnoideo y otras estructuras cercanas que con una radiografía ordinaria.
También se realiza una tomografía para poder ver más detalles de la columna.
Preparación
- Previo al estudio, el especialista suele pedir al paciente que ingiera muchos líquidos un día antes. El ayuno también es habitual —hasta seis horas antes—. Lo más recomendable es beber agua cada dos horas el día previo y hasta dos horas antes de someterse a la mielografía.
- Las aspirinas y otros medicamentos deben dejarse de consumir 72 horas antes.
- El médico también pedirá no fumar un día antes y el día de la prueba, ya que hacerlo puede contribuir a dolores de cabeza y nauseas después del procedimiento.
- El paciente puede ponerse una bata, aunque también puede quedarse con su ropa, siempre y cuando sea cómoda y no incluya joyería.
- El radiólogo debe saber si el paciente está en un tratamiento de antibióticos, su historial médico, si ha sufrido convulsiones, si tiene alergias, si es diabético y, si es mujer, si está embarazada.
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¿Cómo se realiza el estudio?
Una mielografía se puede realizar en el área de imagenología de un hospital. El procedimiento suele incluir los siguientes pasos:
- El paciente está bocabajo sobre una mesa de rayos X acolchada.
- El técnico le limpia la espalda con una solución antiséptica.
- Le inyecta un medicamento anestésico para que no sienta ningún dolor durante el procedimiento.
- Una vez que el área esté adormecida, el técnico usa una aguja delgada para inyectar el contraste en el canal vertebral del paciente. Es posible que sienta algo de presión durante este momento, pero no debería doler.
- El técnico extrae una muestra de líquido cefalorraquídeo para analizarla.
- La mesa de rayos X se inclina en diferentes direcciones para permitir que el contraste se mueva a diferentes áreas de la médula espinal.
- El técnico retira la aguja. Finalmente, captura y registra imágenes mediante una fluoroscopia o una tomografía computarizada.
¿Qué muestra?
Una mielografía puede mostrar la médula espinal, los nervios espinales, las raíces nerviosas y los huesos en la columna. También revelará si algo está presionando la médula o los nervios. Las condiciones que se pueden diagnosticar con este estudio incluyen:
- Discos herniados o abultados.
- Artritis en las articulaciones de la columna.
- Tumores dentro o adyacentes a la columna vertebral.
- Una infección u otros procesos inflamatorios.
- Estenosis del conducto vertebral —degeneración e inflamación de los huesos y tejidos alrededor de la médula espinal, que hacen que el canal se estreche—.
- Espolones óseos.
- Espondilitis anquilosante —una enfermedad que afecta la columna vertebral, haciendo que los huesos crezcan juntos—.
- Quistes.
- Aracnoiditis.
Una mielografía puede mostrar los detalles óseos de una mejor manera, pero es menos capaz de mostrar los de los tejidos blandos de la columna vertebral.
Referencias: Johns Hopkins Medicine
Cleveland Clinic
Medline Plus
University of Michigan Health