El latigazo cervical es una lesión en el cuello sumamente común causada por un movimiento repentino de la cabeza. Por lo general, mejora en 2 a 3 meses. Si los síntomas no mejoran, un médico puede remitir al paciente con un fisioterapeuta.
El latigazo (hiperextensión) cervical es una lesión en el cuello causada por la flexión forzada del este hacia adelante y luego hacia atrás, o viceversa. Afecta los músculos, los discos, los nervios y los tendones del cuello.
Ocurre cuando la velocidad de movimiento o la dirección en la que viaja una persona cambia repentinamente. Algunos de los eventos o actividades más comunes que pueden provocarlo incluyen:
Si bien las anteriores son las más recurrentes, el latigazo cervical puede darse de otras maneras. Incluso los simples resbalones y caídas pueden causarlo en circunstancias específicas.
Los más comunes son los siguientes:
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El latigazo cervical se diagnostica por medio de exclusión. Eso significa que el médico descarta primero afecciones más graves que necesiten tratamiento inmediato. Esto implica una combinación de pruebas de diagnóstico, exploraciones por imágenes —rayos x, tomografía computarizada y resonancia magnética—, exámenes físicos y neurológicos, y más. También hace preguntas sobre los síntomas y cualquier evento que podría haber causado el problema.
Este dependerá de los síntomas, la edad, el estado general de salud y la gravedad de la afección. Puede incluir lo siguiente:
En casos muy raros, específicamente en los que hay ligamentos rotos o vértebras fracturadas, se necesitará cirugía, la cual estabiliza el área afectada de la columna para evitar más daño y dolor.
El diseño de los automóviles ha mejorado para reducir la posibilidad de un latigazo cervical. Es importante ajustar el asiento y el reposacabezas correctamente para minimizar las posibilidades de sufrir uno.
Para una postura correcta al conducir, hay que ajustar el volante para que esté al nivel del pecho, y no de la cara. Es necesario mantener los brazos doblados y los pulgares en el borde del volante, así como tener el asiento en posición vertical para que la espalda y los hombros tengan apoyo. Por último, hay que sentarse profundamente en el asiento.
Referencias: Cleveland Clinic
Johns Hopkins Medicine
NHS
Healthdirect
Cedars Sinai
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