El dolor de espalda puede aparecer de forma súbita e inesperada. Percatarse de una molestia en la espalda baja durante actividades sin ningún tipo de riesgo aparente puede ser signo de una hernia de disco. Este padecimiento, uno de los más comunes de la columna, puede estar ahí sin que la persona lo sepa. No es hasta que se hace un estudio de imagenología, por cualquier otra razón, que sale a la luz. Pero, ¿de qué se trata realmente esta afección? Veamos.
Los discos intervertebrales separan cada vértebra y absorben los impactos. Sin ellos, los huesos de la columna se aplastarían entre sí, y no habría manera de soportar el peso del cuerpo.
Más que una protección, estas almohadillas le otorgan flexibilidad a la columna, lo que permite que podamos girar o agacharnos. Estos están compuestos por dos partes:
Si la capa exterior se rompe, el núcleo gelatinoso puede filtrarse por el canal espinal, el conducto que contiene la médula y fluido espinal. El dolor aparece cuando la sustancia gelatinosa y parte del disco exterior comienzan a presionar las raíces nerviosas que hay en toda la columna.
El resultado puede ser dolor intenso en la espalda baja y entumecimiento de las extremidades. Aunado a ello, la sustancia gelatinosa puede liberar un químico irritante que contribuye a la inflamación de los nervios.
Una sola tensión excesiva o una lesión pueden propiciar la formación de una hernia de disco. De cualquier manera, el material de los discos se degenera naturalmente con la edad, por lo que los ligamentos que los mantienen en su lugar comienzan a debilitarse. Conforme este desgaste progresa, una tensión relativamente menor o giros pueden causar una ruptura.
Ciertas personas son más vulnerables a tener problemas de discos, lo que suele provocar más de una hernia en distintos sitios de la columna. Estudios demuestran que existe una predisposición a sufrir de este padecimiento si otros miembros de la familia también se han visto afectados. Se le conoce como Enfermedad de Disco Intervertebral (EDIV) a la pérdida gradual del volumen del líquido de los discos. El deterioro de estos genera grietas microscópicas en la superficie exterior, creando una ruta de escape para la sustancia gelatinosa.
Los traumas son la segunda causa más común de su aparición. Cargar cosas pesadas de forma inadecuada puede causar demasiado estrés en los discos. Caídas o accidentes automovilísticos también pueden originar una ruptura.
La gente obesa también es más propensa a desarrollar una hernia de disco.
Las hernias de disco pueden aparecer en cualquier parte de la columna, pero son más comunes en la parte lumbar y en el cuello, o sea, las partes más flexibles. Debido a que estas son las partes que más se mueven, también son las que más se desgastan, lo que causa la pérdida del volumen del fluido.
Si la hernia es mínima, o no presiona el nervio, los síntomas podrían no aparecer. Muchas personas pueden vivir con un grado determinado de hernia. Pero en las que sí existe una afectación en los nervios, el dolor puede ser severo. Típicamente, este solo se siente en una parte del cuerpo e irradia hasta a un brazo (si la hernia está en el cuello) o una pierna (si está en la zona lumbar; la ciática es un ejemplo).
Los síntomas pueden ser:
El estudio de imagenología más común para poder detectar esta condición es la imagen por resonancia magnética (IRM). Los rayos X también ayudan a obtener una evaluación completa de la vértebra afectada. La tomografía puede usarse en circunstancias muy específicas.
El neurocirujano también hace un examen físico para encontrar la causa del dolor. Pide al paciente ponerse bocarriba y mover las piernas de distintas maneras. También revisará los reflejos en las rodillas y tobillos, la fuerza de las piernas, la forma de caminar de puntitas y la sensibilidad.
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Mucha gente responde bien a los tratamientos no quirúrgicos, por lo que no necesitan cirugía. De cualquier manera, es necesario cambiar el estilo de vida, sin importar que la genética juegue un papel importante en el desarrollo del padecimiento.
Además de la terapia física y los medicamentos recomendados por el médico, estas son algunas de las cosas que se pueden hacer para sentirse mejor:
Un médico puede recomendar cirugía si lo anterior no reduce o elimina el dolor. Después de discutirlo con el paciente, y tomar en cuenta su edad, estado de salud y otros factores de riesgo, se determina si esta es la mejor opción. Es necesario considerar los pros y contras de llevar a cabo un procedimiento quirúrgico.
Un paciente puede ser candidato a una cirugía en la columna si:
Los principales procedimientos son:
Utilizada para aliviar el dolor en las piernas y la ciática causada por una hernia de disco. Se lleva a cabo a través de una pequeña incisión sobre el área afectada de la espalda. Durante la operación, una porción de lámina puede ser removida. Una vez que se hace la incisión a través de la piel, los músculos se mueven a un lado para que el neurocirujano pueda ver la parte trasera de las vértebras. Después, se hace una pequeña abertura entre las dos vértebras para acceder a la hernia. Tras remover el disco por medio de una discectomía, la columna debe ser estabilizada.
En este procedimiento, una porción de la vértebra es removida, lo cual crea más espacio para la médula espinal y los nervios, permitiendo una descomprensión.
Con esta cirugía se remueve el disco en cuestión y se inserta un injerto óseo o disco artificial para estabilizar el área.
Con ayuda de una microcámara, un alambre especial y un retractor tubular, el neurocirujano tiene acceso al disco dañado. Este separa el nervio del disco dañado, remueve la porción donde se encuentra la hernia y limpia el área. Finalmente, el nervio regresa a su posición normal, el retractor es removido y se venda el área de la incisión. Como una cirugía de mínima invasión, la endoscopía de columna remplaza los métodos tradicionales.
El médico proporcionará instrucciones específicas después de la operación y prescribirá ciertos medicamentos. También determinará cuándo es posible que el paciente regrese a su vida normal. Algunos serán sometidos a rehabilitación y terapía física. Las molestias serán comunes durante la recuperación, pero el dolor es señal de que es necesario mantenerse inactivo para sanar más rápido.
Fuentes: Spine Universe
American Association of Neurological Surgeons
WebMD
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