Aunque no puedes modificar sus genes, composición anatómica o edad, sí puedes modificar tu estilo de vida para disminuir el dolor de espalda o sobrellevarlo de mejor manera. Para conocer más sobre este padecimiento, a continuación, examinamos los más comunes factores de riesgo del dolor de espalda.
El peso corporal por sí solo —junto con la altura y la complexión— parece tener poco que ver con la probabilidad de que lo desarrolles. Sin embargo, tener sobrepeso sí te pone en mayor riesgo de sufrirlo cuando ya tienes antecedente de una afección de espalda.
El dolor de espalda es más común entre las personas que no están en buena forma física. Es posible que los músculos abdominales y de la espalda no soporten adecuadamente la columna vertebral.
Las personas que hacen mucho ejercicio después de estar inactivas acrecientan más los factores de riesgo del dolor de espalda y/o de sufrir lesiones dolorosas que aquellas que hacen de la actividad diaria moderada un hábito.
El primer ataque de dolor lumbar generalmente ocurre entre los 30 y los 50 años, y el dolor de espalda se vuelve más común conforme una persona envejece. La pérdida de fuerza ósea a causa de la osteoporosis puede provocar fracturas y, al mismo tiempo, disminuir la elasticidad y el tono muscular.
Los discos intervertebrales comienzan a perder líquido y flexibilidad con la edad, lo que disminuye su capacidad para amortiguar las vértebras. El riesgo de estenosis espinal también aumenta con la edad.
A pesar de la advertencia que siempre te hicieron de “sentarte derecho”, hoy en día los expertos opinan que, en la mayoría de los casos, la postura por sí sola, ya sea buena o mala, no predispone a un paciente, por lo que no es como tal uno de los factores de riesgo del dolor de espalda.
Encorvarse no parece tener mucho efecto en la salud básica de la columna, aunque debes tener en cuenta que una mala postura sí puede empeorar un dolor existente. Mejorar la mecánica del cuerpo sí puede ayudarte a aliviar los síntomas y prevenir brotes.
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Un empleo que requiera levantar objetos pesados, empujar o jalar, particularmente cuando implica torcer o hacer vibrar la columna, es uno de los factores de riesgo del dolor de espalda.
Por otro lado, trabajar en un escritorio todo el día puede contribuir al dolor, especialmente por usar una silla sin suficiente respaldo.
El estado de ánimo y la depresión, el estrés y el bienestar psicológico también puedes considerarlos como factores de riesgo del dolor de espalda.
Las mochilas pesadas pueden tensar los músculos de la espalda de los niños más pequeños. Estas no deben pesar más del 20 por ciento del peso corporal del menor.
Fumar daña los vasos sanguíneos que llevan los nutrientes a la columna vertebral. Los fumadores también son más propensos que los no fumadores a desarrollar dolor de espalda crónico e incapacitante.
Un estudio en los Estados Unidos encontró que el 36.9 por ciento de los fumadores actuales reportaron dolor de espalda, en comparación con el 23,5 por ciento de los no fumadores, una diferencia notable e importante.
Referencias: National Institute of Neurological Disorders and Stroke
Orthopedic & Sport Medicine Center of Oregon
Radiology of Indiana
Harvard Health Publishing
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