¿Qué es?
La estenosis espinal es el estrechamiento de una o más áreas de la columna —más frecuentemente en la espalda baja o el cuello—. Esto ejerce presión en la médula espinal y los nervios que salen de las áreas presionadas. Usualmente, una persona con esta condición sufre dolor severo en las piernas, las pantorrillas y la zona lumbar, sobre todo cuando está parado o caminando. El dolor suele aparecer al bajar por lugares empinados o escaleras; el alivio llega hasta sentarse o acostarse.
Debido a que no todos desarrollan los mismos síntomas, el término “estenosis espinal” se refiere, precisamente, a los síntomas, y no al estrechamiento como tal.
Tipos
Los tipos de estenosis espinal se clasifican de acuerdo a la zona donde se encuentra. Es posible padecer de más de un tipo. Las dos principales son:
- Cervical (canal cervical estrecho o estenosis del conducto cervical): el estrechamiento ocurre en la zona cervical —cuello—.
- Lumbar (canal lumbar estreno o estenosis del conducto vertebral): el estrechamiento ocurre en la zona lumbar —espalda baja—. Esta es la más común.
Causas
La causa más común de la estenosis espinal es la osteoartritis: la degradación gradual de las articulaciones. La enfermedad es muy común debido a que esta condición comienza a generar cambios en el cuerpo a partir de los 50 años.
Otras causas incluyen:
- Espolones artríticos: la osteoartritis es una condición que descompone el cartílago de las articulaciones, incluidas las de la columna vertebral. El cartílago es la cubierta protectora de las articulaciones. Conforme esta se degrada, los huesos comienzan a rozarse los unos con los otros. El cuerpo responde generando nuevo hueso, y así es como se crean los espolones. Estos suelen extenderse hacia el canal vertebral, estrechando el espacio y presionando los nervios. La enfermedad de Paget —que interrumpe el reemplazo de tejido óseo viejo por nuevo— también puede causar su crecimiento excesivo.
- Hernias de disco: entre cada vértebra hay una almohadilla acolchada redonda —disco intervertebral— que absorbe el estrés al que se somete la columna. Con el tiempo, esta se seca, se aplana y se rompe en la parte exterior, causando que su núcleo pulposo se filtre. La hernia que se forma es la que ejerce presión sobre los nervios.
- Engrosamiento de los ligamentos: los ligamentos son las bandas de fibra que mantienen unida la columna. La artritis puede causar que se engrosen con el tiempo y se abulten hacia el espacio del canal vertebral.
- Lesiones o fracturas: huesos rotos o dislocados, y la inflamación del daño en la columna, pueden estrechar el espacio del canal y presionar los nervios.
- Tumores o quistes en la médula espinal: crecimientos dentro de la médula espinal, o entre esta y las vértebras, también pueden estrechar el espacio y presionarla.
- Estenosis espinal congénita: condición en la que la persona nace con un canal vertebral pequeño. La escoliosis también es un factor de riesgo.
Además, el riesgo de padecer esta enfermedad aumenta entre mujeres y aquellos con una lesión previa, o que se hayan sometido previamente a una cirugía de columna.
Síntomas
Estos son los síntomas que puede experimentar una persona, dependiendo del tipo:
Lumbar
- Dolor en la espalda baja. Este puede ser sordo o acentuar la sensibilidad, o sentirse como eléctrico o hasta como una quemadura. Puede ir o venir.
- Ciática. Comienza en los glúteos y se extiende hasta la pierna, y puede continuar hasta el pie.
- Pesadez en las piernas, lo cual puede incluir calambres en una o ambas.
- Debilidad en las piernas o en los pies (conforme empeora la condición).
- Entumecimiento u hormigueo en los glúteos, las piernas o los pies.
- Dolor que empeora al estar parado o caminar cuesta abajo por un largo tiempo.
- Dolor que disminuye al acostarse, inclinarse hacia adelante, caminar cuesta arriba o sentarse.
- Pérdida del control de esfínteres (en casos severos).
Cervical
- Dolor de cuello.
- Entumecimiento u hormigueo en un brazo, mano, pierna o pie (los síntomas pueden sentirse en cualquier sitio por debajo del punto donde se está comprimiendo el nervio)
- Debilidad o torpeza en un brazo, una mano, una pierna o un pie.
- Problemas de equilibrio.
- Pérdida de funciones de las manos (como escribir o abotonarse una camisa).
- Pérdida del control de esfínteres (en casos severos).
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Diagnóstico
Estas son las pruebas de imagenología que un neurocirujano o un neurólogo podría ordenar para hacer un diagnóstico de estenosis espinal:
- Rayos X: para determinar si hay presencia de osteoartritis, espolones óseos o estrechamiento del canal. Las imágenes muestran la estructura de los huesos, la alineación de la columna y el contorno de las articulaciones.
- Tomografía computarizada: ofrece imágenes detalladas del canal vertebral —forma, tamaño, su contenido y las estructuras que lo rodean—.
- Resonancia magnética: ofrece imágenes de la médula espinal y los nervios, así como el agrandamiento o degradación de un tumor.
- Mielograma: por medio de un contraste que se inyecta en el espacio del fluido espinal se puede apreciar el contorno de la médula, lo que permite encontrar evidencia de presión sobre los nervios en esas áreas.
Rayos X de la cadera y las rodillas, pruebas de sangre y otras más para evaluar la circulación en las piernas también se pueden considerar.
Tratamiento
A continuación, las opciones no quirúrgicas y quirúrgicas para tratar la estenosis espinal:
No quirúrgico
- Medicamentos antiinflamatorios para reducir la hinchazón y el dolor; los analgésicos también ayudan con lo segundo. El dolor puede ser tratado, casi siempre, con medicamentos que no necesitan receta, a menos que sea muy severo.
- Inyecciones epidurales para reducir la hinchazón.
- La terapia física puede ayudar a estabilizar y proteger la columna, fomentar la resistencia e incrementar la flexibilidad. También permite al paciente recuperar su vida normal. El tiempo recomendado es de cuatro a seis semanas.
Quirúrgico
Los tipos de cirugía para tratar la estenosis espinal incluyen:
- Lamintectomía: la más común para tratar este tipo de padecimiento. Se trata de la remoción de lámina, que es una porción de la vértebra. Algunos ligamentos y espolones óseos también se extraen. Este procedimiento libera espacio para la médula y los nervios.
- Laminotomía: una laminectomía parcial. Solo la parte de la lámina que está causando más presión en el nervio se remueve.
- Laminoplastia: se realiza en el cuello. Una parte de la lámina se remueve para crear más espacio para el canal; además, se insertan placas de metal y tornillos para crear un puente sobre el área del hueso que se extrajo.
- Foraminotomía: el foramen es el área de la vértebra por donde salen los nervios. Este procedimiento involucra la remoción de hueso o tejido para hacer más espacio para las raíces nerviosas.
- Espaciadores interespinosos: se insertan entre los huesos que se extienden desde la parte posterior de cada vértebra, llamados apófisis espinosas. Los espaciadores ayudan a mantener las vértebras separadas, creando más espacio para los nervios. El procedimiento de mínima invasión se hace con anestesia local e involucra la remoción de una parte de la lámina.
- Fusión espinal: se considera cuando el dolor irradia, la columna no es estable y el paciente no se ha sometido a otras cirugías. La fusión espinal une permanentemente dos vértebras. Usualmente, una laminectomía se lleva a cabo primero; el hueso removido durante el procedimiento se usa para crear un puente entre ambas vértebras, lo que estimula el crecimiento de hueso nuevo. Las vértebras se mantienen unidas con tornillos, varillas, etc., hasta que las vértebras sanan y se unen. La recuperación tarda de seis meses a un año.
Referencias: American College of Rheumatology
Mayo Clinic
Cleveland Clinic
American Association of Neurological Surgeons
Johns Hopkins Medicine