La espondilolistesis es un padecimiento que afecta la parte baja de la columna vertebral. La enfermedad causa que una de las vértebras de esta área se deslice hacia adelante sobre el hueso que está directamente debajo de ella. Aunque, por supuesto, se trata de una condición dolorosa, la mayoría de los casos se pueden tratar con gran probabilidad de éxito. Además de que hay métodos quirúrgicos y no quirúrgicos, distintos ejercicios —realizados apropiadamente— pueden ayudar a evitar su aparición.
La espondilolistesis es muy frecuente en jóvenes atletas que practican deportes que requieren un sobreestiramiento frecuente de la columna lumbar —gimnasia, futbol americano y halterofilia—. Con el tiempo, el uso excesivo de esta región puede debilitar el istmo (también conocido como pars interarticularis), ocasionando una fractura y/o un deslizamiento de la vértebra.
La genética también puede jugar un factor importante. Algunos médicos creen que algunas personas pueden nacer con huesos vertebrales más delgados de lo normal, lo que las hace más vulnerables a las fracturas.
Estos son algunos de los síntomas más comunes de la espondilolistesis; aunque cabe destacar que es posible que la persona realmente no sienta alguno:
Los tipos de espondilolistesis incluyen:
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El especialista querrá conocer el historial médico del paciente; si se trata de un adolescente, deberá saber si practica algún deporte. Realizará también un examen para buscar áreas de sensibilidad, debilidad en los músculos, rango de movimiento limitado y espasmos musculares. La postura también será determinante para saber si hay algún problema.
Después de evaluar los síntomas, el neurocirujano pedirá una resonancia magnética, rayos X o una tomografía para determinar si una vértebra está fuera de su lugar y qué tan severa es la espondilolistesis. Los grados I y II —vistos en la ístmica y la degenerativa— usualmente no necesitan cirugía; los grados III y IV son más serios y sí la requieren, sobre todo si hay mucho dolor.
Si los rayos X muestran una fisura o una fractura en la pars interarticularis de las vértebras L4 y L5, estaríamos hablando de una señal de espondilolistesis.
La tomografía ayudará al médico a conocer más sobre el deslizamiento o la fractura, para poder así planear el tratamiento.
Finalmente, y debido a que las resonancias magnéticas proveen mejores imágenes de los tejidos suaves del cuerpo, el especialista podrá saber si hay daño en los discos intervertebrales, o si las vértebras desplazadas están presionando las raíces nerviosas.
Este depende de la severidad de la espondilolistesis. Las opciones no quirúrgicas pueden aliviar el dolor y hacer que el hueso vuelva a su lugar. Por supuesto, el deporte se descarta durante este proceso.
Los métodos no quirúrgicos más comunes son los siguientes; se recomiendan antes de pensar en una cirugía:
Quienes padezcan de un grado severo de espondilolistesis o experimentan un dolor importante que sigue empeorando, y los que hayan probado métodos no quirúrgicos sin resultados positivos, deberán someterse a una operación.
La cirugía de fusión realizada entre la vértebra L5 y el hueso sacro es el método más usado para tratar a pacientes con espondilolistesis. Se trata de un proceso de “soldadura” que fusiona las vértebras afectadas para que puedan sanarse como un solo hueso sólido. La fusión elimina el movimiento entre las vértebras afectadas y un poco de la flexibilidad vertebral. Si el segmento en cuestión no se mueve, entonces no debería haber dolor.
Primero, el neurocirujano alinea las vértebras lumbares. Pequeños pedazos de hueso —llamados injertos— se colocan en los espacios entre las que se van a fusionar. Eventualmente, los huesos crecen juntos. El médico también podría utilizar tornillos y varillas de metal para estabilizar todavía más la columna.
En algunos casos, el deslizamiento también puede estar comprimiendo las raíces nerviosas. Si es así, primero, el especialista debe liberar el canal espinal para aliviar la presión.
Si los síntomas aquí descritos están presentes, es importante hablar con un neurocirujano cuanto antes. Un tratamiento temprano puede ayudar con la mayoría de ellos. Durante la consulta, el especialista pondrá sobre la mesa todas las opciones, dependiendo de la severidad de la condición.
Referencias: Healthline
Cleveland Clinic
WebMD
OrthoInfo
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