La escoliosis es una anormalidad tridimensional que ocurre cuando la columna se gira y se curva hacia los lados. En la mayoría de los casos no hay una causa conocida, y a esto se le conoce como escoliosis idiopática. La condición suele ser genética, pero tampoco se han podido identificar los genes, por lo que se cree que su origen podría ir más allá. Se estima que el 3 por ciento de la población la padece.
Para conocer más sobre esta enfermedad, a continuación, examinamos los síntomas, su diagnóstico y el tratamiento que se le da.
¿Qué es?
Esta alteración de la curva comienza a mostrarse durante la infancia o la adolescencia. El ángulo puede ser pequeño o grande; cualquiera que supere los 10 grados en un estudio de rayos X se considera escoliosis.
Existe una clasificación de acuerdo a la edad:
- Infantil: se desarrolla del nacimiento a los 3 años.
- Juvenil: se desarrolla de los 4 a los 9 años.
- Adolescente: se desarrolla de los 10 a los 18 años.
Esta última representa, aproximadamente, el 80 por ciento de los casos de escoliosis idiopática. La adolescencia es cuando el crecimiento más rápido tiene lugar, por lo que la detección de la curva debe monitorearse de cerca durante esta etapa.
Las mujeres son ocho veces más propensas a requerir tratamiento debido a la progresión de su curva.
También hay otra clasificación según su origen:
- Idiopática: cuando no se conoce la causa.
- Congénita: se desarrolla antes del nacimiento. Problemas en las vértebras pueden ser la causa. Estas pueden quedar incompletas o no dividirse apropiadamente. Los médicos pueden detectarla durante el parto o hasta que el niño es adolescente.
- Neuromuscular: causada por espina bífida, parálisis cerebral o una lesión en la médula espinal. En ocasiones, estas condiciones dañan los músculos, por lo que no pueden dar soporte necesario a la columna, y eso genera la curva.
- Degenerativa: afecta a adultos. Usualmente, se desarrolla en la espalda baja conforme los discos y las articulaciones comienzan a deteriorarse con la edad.
Causas
Algunos tipos de escoliosis tienen causas muy claras, y se dividen en estructurales y no estructurales. En las primeras, la curva de la columna es rígida y no se puede revertir; en las segundas, la columna trabaja normalmente, pero se ve curveada. Esto puede ocurrir por tener una pierna más larga que otra, espasmos musculares e inflamaciones como apendicitis.
Las causas generales incluyen las siguientes:
- Parálisis cerebral.
- Distrofia muscular.
- Defectos de nacimiento.
- Infecciones.
- Tumores.
- Condiciones genéticas como síndrome de Marfan y síndrome de Down.
En la idiopática, el historial familiar y la genética pueden ser factores de riesgo. Si un niño en una familia la tiene, es necesario monitorear a los demás con regularidad.
La escoliosis que se diagnostica durante la adolescencia puede continuar en la adultez. Entre más esté curveada la columna, esta puede empeorar.
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Síntomas
- Columna visiblemente curveada.
- Inclinación del tronco hacia un lado.
- Hombros disparejos.
- La ropa no queda bien.
- Cambios al caminar: por una desalineación de la cadera.
- Reducción del rango de movimiento: por un incremento en la rigidez de la columna, lo que reduce su flexibilidad.
- Problemas para respirar: si la columna gira lo suficiente, las costillas también pueden hacerlo, reduciendo el espacio para los pulmones.
- Problemas cardiovasculares: lo mismo de arriba, por lo que hay poco espacio para que el corazón bombee sangre.
- Dolor: si la curvatura es severa, los músculos de la espalda se vuelven más propensos a experimentar espasmos.
- Baja autoestima: las miradas de la gente afectan emocionalmente al paciente, sobre todo si es adolescente.
Diagnóstico
Generalmente, la escoliosis se confirma con exámenes físicos, rayos X y una tomografía o resonancia. La curva se mide con el método Cobb, y la severidad se expresa en grados. Un diagnóstico positivo se basa en una curvatura coronaria medida en una radiografía posterioranterior de más de 10 grados. En general, la curva se considera importante si es mayor a 25 o 30 grados. Las que exceden los 45 o 50 grados son consideradas severas y requieren tratamientos agresivos.
Una prueba común usada por pediatras es la de Adam, y en ella el paciente se inclina hacia delante con sus pies juntos, doblándose 90 grados en la cintura. Desde ese ángulo, cualquier asimetría del tronco o una curvatura anormal se detecta fácilmente. Cabe destacar que esto no determina la severidad ni el tipo del padecimiento. Estudios de imagenología son requeridos para confirmar el diagnóstico.
- Rayos X: muestran la estructura de las vértebras y el contorno de las articulaciones. También se buscan con ellos potenciales fuentes de dolor, fracturas, infecciones, deformidades, etc.
- Tomografía: muestra la forma y el tamaño del canal vertebral, su contenido y las estructuras que lo rodean.
- Resonancia magnética: muestra la médula espinal, las raíces nerviosas y las áreas circundantes, así como deformidades, degeneraciones o agrandamientos.
Tratamiento
Depende de la edad, la severidad de la curva y si es probable o no que empeore; solo un pequeño porcentaje necesitará cirugía. Un médico también puede sugerir alguna opción de las siguientes:
- Soporte para la espalda: puede evitar que la curva empeore en niños que siguen creciendo. Es de plástico y se usa todo el día —no se ve debajo de la ropa y no interfiere con actividades ordinarias—.
- Fusión espinal: se colocan pedazos de hueso o material parecido entre las vértebras. Los huesos se mantienen en su lugar hasta que se fusionan por medio de tornillos. La cirugía puede aminorar la curva y evitar que empeore.
- Cirugía de mínima invasión: en ocasiones, la fusión se puede realizar a través de pequeñas incisiones. El avance de la fluoroscopía y de la endoscopía ha mejorado la precisión de las incisiones y de la colocación de tornillos, minimizando el trauma en el tejido.
- Laminectomía descompresiva: se remueve la lámina de las vértebras para crear más espacio para los nervios.
Referencias: American Association of Neurological Surgeons
WebMD
SPINE-health
NHS
Cleveland Clinic