La enfermedad degenerativa del disco es cuando las almohadillas que separan cada vértebra experimentan cambios normales con la edad.
Los discos intervertebrales absorben el estrés al que se somete la columna, además de que ayudan a estabilizarla, para que sea posible doblarse y girar. Conforme una persona envejece, estos comienzan a mostrar signos de desgaste. También pueden romperse y no funcionar del todo bien.
Si bien los discos de casi toda la gente se rompen con el tiempo, no todos experimentan dolor. Pero si existe, entonces estamos hablando de la presencia de la enfermedad degenerativa del disco.
Uno de los aspectos más desafortunados de envejecer es que las articulaciones empiezan a desgastarse, y no solo de las rodillas y las caderas, sino también de la columna. La razón exacta detrás no se conoce exactamente, pero una combinación de factores —cargar cosas pesadas de forma constante, historial familiar, lesiones previas, etc.— podría ser la responsable. Este deterioro es una forma de artritis, que es cuando el cartílago de las articulaciones de la columna comienza a desgastarse. Sin importar la causa, es bien sabido que la artritis en la columna aumenta con la edad.
Por supuesto, esta condición es más común en adultos mayores. Los factores que incrementan el riesgo de padecerla incluyen:
Y también:
Estos son algunos de los síntomas de la enfermedad degenerativa del disco:
Para diagnosticar la enfermedad degenerativa del disco, el especialista hace las siguientes preguntas al paciente:
Posteriormente, realizará pruebas físicas —búsqueda de anormalidades, exámenes de reflejos y de rango de movimientos— para medir la función de los nervios, los niveles de dolor y la fuerza de los músculos.
El historial médico, por supuesto, es fundamental para obtener un diagnóstico completo.
Finalmente, las pruebas de imagenología ayudarán a confirmar el diagnóstico. Las tomografías y las resonancias magnéticas permiten obtener información sobre el estado de la columna, los nervios y los discos, y cómo estos están alineados.
Un discograma —que involucra la inyección de un contraste en el centro de los discos— también puede ser una opción. Su objetivo es ver si existe dolor en alguno.
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Estos son los tipos de tratamiento de la enfermedad degenerativa del disco:
El tratamiento inicial implica una evaluación completa por parte del médico para determinar el nivel de daño en los nervios. Si existe entumecimiento o debilidad, debe hacerse cuanto antes, ya que la situación podría empeorar rápidamente.
Los primeros pasos incluyen reposo, aplicación de frío o calor, analgésicos y, en ocasiones, esteroides. Los síntomas pueden tardar semanas o hasta meses en desaparecer. En la mayoría de los casos, estos se irán por sí solos.
La terapia física también puede ser útil en etapas tempranas, pues ayuda a disminuir el dolor y a mejorar el rango de movimiento. La tracción también es beneficiosa, pero debe estar supervisada por un fisioterapeuta. Una vez que el dolor es tolerable, existen varios ejercicios que ayudan a aumentar la fuerza de los músculos y a mantener bajo el riesgo de que el dolor vuelva a aparecer.
Por supuesto, evitar someter la columna a demasiado estrés también es importante. Por ejemplo, debe evitarse por completo cargar cosas pesadas.
Los pacientes que no responden a los tratamientos conservadores en un lapso de tres meses pueden considerar la cirugía como una opción, sobre todo si existe lo siguiente:
Estas son algunas de las cirugías para tratar la enfermedad degenerativa del disco:
Fusionar dos vértebras provee estabilidad a la columna. La cirugía se puede realizar en cualquier sitio de esta, pero es más común en la espalda baja o en el área del cuello.
El procedimiento alivia el dolor extremo en pacientes cuya columna ya no puede aguantar su peso; sin embargo, puede acelerar la degeneración en otros discos contiguos a las vértebras fusionadas.
Remover una parte de la articulación del disco puede aliviar la presión en los nervios.
Un paciente que desarrolla osteoartritis, una hernia de disco o estenosis espinal puede necesitar otro tipo de tratamiento.
El dolor también se puede eliminar sustituyendo el disco con un dispositivo que imite su función. A diferencia de una fusión, este procedimiento pretende mantener el movimiento de la sección de la columna que resultó afectada. Los discos artificiales están hechos de materiales como plástico o metal. La recuperación después de esta cirugía se basa en medicamentos, terapia y uso de collarín o soporte para la espalda.
Imagen del encabezado: Atlanta Spine Institute
Referencias: Cleveland Clinic
Medical News Today
Johns Hopkins Medicine
WebMD
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