Tanto un neurólogo como un neurocirujano tratan los desórdenes o lesiones relacionadas con el sistema nervioso, pero ¿cuál es la diferencia entre ambos?, ¿en qué momento puede coincidir su trabajo? Antes de contestar a estas preguntas, veamos qué hace exactamente cada uno:
Vale la pena recordar primero de qué se trata exactamente esta rama de la medicina. Su enfoque está en el diagnóstico y tratamiento de las condiciones que afectan el cerebro, la médula espinal, vasos sanguíneos, músculos y nervios. Estas son tratadas por médicos con dos especialidades distintas: neurólogo y neurociruano.
Un neurólogo es un médico que se especializa en el diagnóstico, tratamiento y manejo de las condiciones en el cerebro y sistema nervioso. A través de pruebas como encefalogramas (EEG), resonancias magnéticas (RM) y tomografías computarizadas (TC), el médico puede identificar distintas condiciones neurológicas. Su especialización puede darse en el tratamiento de desórdenes del neurodesarrollo, dificultades de aprendizaje y otras condiciones.
Para un paciente con algún desorden neurológico que necesite de constantes cuidados, un neurólogo será el principal proveedor de atención. Si se requiere, este es capaz de referirlo a otros especialistas que podrán mejorar su estado de salud en general.
Un neurocirujano se encarga de los problemas neurológicos que requieren cirugía. Su capacitación incluye los conocimientos generales de la neurología y todos los aspectos quirúrgicos de la misma.
Considerados especialistas de la neurología, un neurocirujano puede actuar en emergencias que requieran el tratamiento del cerebro, cráneo o columna vertebral. También puede remover tumores y coágulos de sangre. Tratamientos con radiación, cirugía abierta, microcirugía y endoscopías son algunos de los procedimientos que puede llevar a cabo. Generalmente, un neurocirujano enfrenta situaciones en las que la vida del paciente depende de su habilidad y experiencia.
Cabe destacar que un neurocirujano también puede tratar condiciones que no requieran cirugía como la enfermedad de Parkinson y lumbalgia.
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Si bien ambos pueden diagnosticar y tratar condiciones que tienen que ver con el sistema nervioso, el neurólogo no realiza cirugías; su enfoque está en descubrir problemas neurológicos que pueden ser corregidos con medicamentos, terapia y constante supervisión. Sin embargo, si el diagnóstico expone una causa física de la condición neurológica, el médico puede referir al paciente con un neurocirujano si un procedimiento quirúrgico es necesario, todo en pro de obtener los mejores resultados.
Pero el trabajo de estos especialistas se complementa a la perfección. En tumores cerebrales, por ejemplo, ambos trabajan en equipo al evaluar al paciente y tatar diferentes aspectos de sus necesidades médicas.
Con respecto a los neurocirujanos, existe el mito de que solo llevan a cabo cirugías en el cerebro, pero la realidad es que igualmente pasan mucho tiempo realizando procedimientos relacionados con la columna. Algunas de los padecimientos que tratan son:
Aunque pueden realizar cirugías muy complejas, un neurocirujano usualmente propone tratamientos antes de tomar las primeras como una opción definitiva. Las técnicas de invasión mínima también son usadas de ser posible.
Los estudios de un neurólogo comprenden, además de la medicina general, cinco años de medicina interna y neurología. Por su parte, el neurólogo, después de la medicina general, emprende una capacitación en cirugía y neurogía alrededor de siete años. Después de eso, este puede optar por una especialidad en columna, neurocirugía pediátrica o cirugía de los nervios periféricos.
Cuando necesites ir al médico por un intenso dolor de espalda o cabeza, un neurólogo podría ser tu primera opción. Si es necesario, el neurocirujano será quien se encargue de tratar tu condición. Después de una cirugía, el neurólogo puede hacerse cargo de la gestión a largo plazo. Pero sin importar a quien acudas, debes saber que es importante no minimizar tus síntomas. Con cerca de 600 tipos de desórdenes neurológicos, una de cada seis personas sufre uno, por lo que la atención resulta necesaria.
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