Compuesto por miles de millones de neuronas que se comunican a través de miles de millones de conexiones llamadas sinapsis, el cerebro es uno de los órganos más complejos y fascinantes del cuerpo. Mantenerlo sano y activo es vital, y por eso vale la pena conocer algunos datos interesantes sobre su funcionamiento.
El desarrollo del cerebro comienza desde la parte posterior y avanza hacia el frente. Por lo tanto, los lóbulos frontales, que controlan la planificación y el razonamiento, son los últimos en fortalecer y estructurar las conexiones.
No hay receptores del dolor en el cerebro mismo, pero en las meninges —los revestimientos que lo rodean, el periostio —revestimientos de los huesos— y el cuero cabelludo sí. Por ello, es posible realizar una neurocirugía en el cerebro sin que el paciente experimente dolor. De ahí que, durante el procedimiento, el neurocirujano le pida tocar un instrumento o le cuente un chiste en busca de estímulos.
Los nervios y los vasos sanguíneos que rodean el cráneo, la actividad química en el cerebro y los músculos de la cabeza y el cuello —o alguna combinación de estos factores— influyen en los dolores de cabeza primarios. La serotonina es una sustancia química necesaria para la comunicación entre las células nerviosas. Cuando los niveles de esta o de estrógeno cambian, el resultado para algunas personas es dolor de cabeza o migraña. Los niveles de serotonina afectan a ambos sexos, mientras que los niveles fluctuantes de estrógeno afectan solo a las mujeres.
El alcohol afecta el cerebro de maneras que incluyen visión borrosa, dificultad para hablar, movimientos inestables y más. Por lo general, estos síntomas desaparecen con la sobriedad. Sin embargo, si se bebe con frecuencia durante mucho tiempo, esto puede afectarlo de forma permanente. Los efectos a largo plazo incluyen problemas de memoria y funciones cognitivas reducidas.
El cerebro tiene un contenido de colesterol más alto que cualquier otro órgano. De hecho, alrededor del 25 % del colesterol del cuerpo reside en el cerebro. Este órgano depende en gran medida del colesterol, pero su metabolismo de esta sustancia es único. Debido a que la barrera hematoencefálica impide que las células cerebrales absorban el colesterol de la sangre, el cerebro debe producir el suyo. Este es más estable que el colesterol de otros órganos, pero cuando se descompone, se recicla en colesterol nuevo directamente en el cerebro.
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Extirpar quirúrgicamente la mitad del cerebro se llama hemisferectomía. Por lo general, este procedimiento está destinado a tratar a quienes padecen trastornos convulsivos graves. La afectación depende de la persona; probablemente, conserve su personalidad, pero podría perder algún grado de la función cognitiva. De cualquier modo, estudio reciente que siguió a seis pacientes que se habían sometido a hemisferectomías cuando eran niños encontró que sus capacidades cognitivas estaban bien y que tenían las mismas redes neuronales que los cerebros completos.
Las investigaciones sugieren que el cerebro humano consta de alrededor de 86 mil millones de neuronas. Cada neurona forma conexiones con otras neuronas, lo que podría sumar miles de millones conexiones. Con el tiempo, estas neuronas pueden combinarse, aumentando la capacidad de almacenamiento. Sin embargo, en la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, muchas neuronas se dañan y dejan de funcionar, afectando especialmente la memoria.
Eso no solo lo convierte en el órgano con más grasas del cuerpo humano, sino también demuestra que los ácidos grasos son cruciales para el rendimiento del cerebro. Es necesario asegurarse de cuidarlo adecuadamente con nutrientes saludables que lo estimulen.
Ocurre cuando se come o bebe algo frío. Esto enfría los vasos sanguíneos y las arterias en la parte posterior de la garganta, incluidos los que llevan sangre al cerebro. Estos se contraen cuando están fríos y se abren nuevamente cuando están calientes, causando dolor en la frente.
El ejercicio aeróbico aumenta la frecuencia cardíaca y aumenta el flujo sanguíneo al cerebro. A medida que el aumento de la respiración bombea más oxígeno al torrente sanguíneo, se entrega una mayor cantidad al órgano en cuestión. Esto conduce a la neurogénesis —producción de neuronas— en ciertas partes del cerebro que controlan la memoria y el pensamiento. Esta también aumenta el volumen cerebral y se cree que la reserva cognitiva ayuda a amortiguar los efectos de la demencia.
Aunado a ello, se ha observado que el ejercicio promueve la producción de neurotrofinas, lo que conduce a una mayor plasticidad cerebral y, por tanto, a una mejor memoria y aprendizaje.
Por último, el ejercicio también produce un aumento de los neurotransmisores en el cerebro, específicamente la serotonina y la norepinefrina, las cuales mejoran el procesamiento de la información y el estado de ánimo.
Esto tiene que ver con la capacidad del cerebro para retener pequeñas cantidades de información en la mente activa. El cerebro mantiene esta información en un estado disponible para un fácil acceso, pero solo durante aproximadamente un minuto y medio. La mayoría de las personas conservan la memoria de números durante unos 7 segundos, y de las letras unos 9 segundos. Además, el cerebro puede almacenar hasta 7 dígitos en su memoria de trabajo.
Fuentes: Northwestern Medicine
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