Un collarín cervical limita el movimiento del cuello, provee soporte y puede proporcionar alivio. Se trata de un recurso para atender lesiones o dolor de cuello, y también para después de una cirugía. A continuación, entramos a detalle en sus características.
Este collarín suele ser usado por pacientes que pasaron por una cirugía de la columna cervical. También se utiliza para lidiar con el dolor de cuello causado por algún trauma. Después de un latigazo, el collarín cervical se utiliza para inmovilizar el cuello y reducir el dolor —aunque se suele cuestionar su valor sobre las movilizaciones activas tempranas, ya que estas pueden brindar una mayor mejora en el rango de movimiento cervical y en la reducción del dolor después de una lesión por latigazo—.
Su objetivo principal es prevenir o minimizar el movimiento de la columna cervical. También mantiene la cabeza en una posición cómoda alineada con la gravedad, propiciando la lordosis cervical normal.
Estas son algunas de las circunstancias que requieren el uso de un collarín cervical:
Existen dos tipos principales de collarín:
Están hechos de fieltro. Se cortan para moldearse alrededor del cuello y la mandíbula del paciente. No inmovilizan completamente el cuello; sin embargo, restringen el movimiento, y son un recordatorio cinestésico para que el paciente lo reduzca. Dado que el collarín está debajo del mentón y lo sostiene, minimiza la contracción muscular necesaria para contrarrestar la fuerza gravedad y mantener la cabeza en una posición normal. Este tipo de collarín no inmoviliza realmente el cuello, pero sí limita la flexión y la extensión en la fase final. Están ajustados alrededor del cuello y restringen la transpiración.
Tienen un diseño similar a los collares blandos, pero están hechos de plexiglás. Se ponen fácilmente y son fáciles de mantener limpios —una ventaja del plástico—. Hay diferentes tamaños para adaptarse al paciente. Su principal característica es que restringen el movimiento de flexión y de extensión. No solo sostienen el mentón, sino también el occipucio, reduciendo la extensión activa, especialmente en la fase final. Una desventaja es que pueden causar obstrucción en el flujo de las venas, lo que puede elevar la presión intracraneal.
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Algunos estudios han encontrado que usar uno por mucho tiempo puede provocar debilidad y rigidez en los músculos del cuello. Por ello, si la lesión es moderada, lo ideal es minimizar su uso y acordar con el médico métodos de tratamiento alternativos.
Es necesario visitar al médico si el collarín se daña, ya no se acomoda bien o hay nuevos síntomas —entumecimiento o debilidad en piernas o brazos, dificultad para tragar o problemas de visión—.
Los siguientes son consejos para el buen uso de un collarín cervical:
Referencias: WebMD
Healthline
The Walton Centre
Physiopedia
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