Entre cada hueso de la columna se encuentran los discos intervertebrales. Estos actúan como absorbedores de los impactos y ayudan a amortiguar los huesos, y también pueden deteriorarse con el paso del tiempo.
Un disco herniado es aquel que se extiende más allá de la cápsula que lo contiene, empujándose hacia el conducto vertebral. El padecimiento se puede desarrollar en cualquier parte de la columna —incluso en el cuello—, aunque el área lumbar es donde resulta más frecuente.
Una hernia de disco no siempre causa dolor o molestia, pero si comienza a presionar los nervios, el dolor de espalda y en las piernas aparecerá. Si esta se forma en el cuello, el dolor estará presente en esa zona, los hombros y los brazos. Aunado a ello, el entumecimiento, el hormigueo y la debilidad son comunes.
Si los siguientes tratamientos han fallado, entonces es momento de considerar una cirugía de hernia de disco:
La única manera de verificar la existencia de una hernia de disco es acudiendo con el médico. Los estudios que este último pedirá incluirán rayos X, una tomografía, una resonancia magnética y el historial médico. Esto es lo que muestra cada uno:
Una vez hecho el diagnóstico, el neurocirujano podrá, en conjunto con el paciente, escoger el camino a seguir.
Como se mencionó anteriormente, cuando los tratamientos más conservadores no han podido aliviar el dolor que resulta de un disco herniado, la cirugía será el siguiente paso. Cabe señalar que solo un pequeño porcentaje de personas llegan a esta etapa.
La mayoría de los neurocirujanos piden ayuno el día del procedimiento. El equipo informará qué se puede consumir y qué no.
Se usa anestesia durante la cirugía; y si se trata de mínima invasión, podría solamente ser focalizada en el área a intervenir.
También es normal que el médico pida al paciente bañarse por la mañana con un jabón antiséptico especial, el cual disminuye la posibilidad de que las bacterias en el cuerpo puedan causar una infección durante la cirugía.
Ya en el hospital, el paciente es preparado en el área preoperatoria, donde ocurre lo siguiente:
Después de sedar al paciente, el equipo médico lo posicionara según el lugar donde se encuentra la hernia. Si está en el cuello, será colocado bocarriba, para hacer una pequeña incisión en la parte delantera. De esta manera, los cirujanos podrán acceder a la columna y al material del disco que está presionando sobre los nervios, para luego removerlo. Un espaciador puede ser posicionado entre las dos vértebras en cuestión, o tornillos especiales para fusionarlas.
Si la hernia se encuentra en la zona lumbar, el paciente será colocado bocabajo. Después de hacer una pequeña incisión en la espalda baja, se usarán herramientas quirúrgicas especializadas para retraer los músculos. En ocasiones, se corta una pequeña cantidad del hueso cerca del disco.
Algunos neurocirujanos utilizan microscopios para visualizar el nervio y la hernia. Así, una vez localizados, comienza el procedimiento para descomprimir el nervio. Cuando concluye, se remueven todos los instrumentos y se sutura la piel.
Finalmente, el médico en jefe acudirá con los familiares para informarles cómo salió la cirugía y los detalles de la recuperación.
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Estas son los procedimientos que se asocian con una cirugía de hernia de disco:
Durante una laminotomía, el cirujano hace una abertura en la lámina vertebral para aliviar presión sobre las raíces nerviosas. En ocasiones, el procedimiento se realiza con ayuda de un microscopio. Si es necesario, la lámina termina por removerse. A esto se le conoce como laminectomía.
La discectomía es la cirugía de hernia de disco más común para la región lumbar. En ella, se extrae la porción del disco que está causando presión sobre la raíz nerviosa. En algunos casos, el disco completo es retirado.
El cirujano accede al disco a través de una incisión en la espalda o el cuello. En algunas circunstancias es posible que esta sea pequeña, obteniendo los mismos resultados. Esta técnica de mínima invasión lleva el nombre de microdiscectomía.
Esta cirugía requiere de anestesia general, y es usada cuando hay problemas en un disco en particular de la zona lumbar. Cabe señalar que esta no es una buena opción cuando se sufre de artritis u osteoporosis, o cuando hay más de un disco con señales de desgaste.
El neurocirujano accede a través de una incisión el abdomen. El disco dañado se sustituye por uno artificial, generalmente hecho de plástico y metal. El procedimiento requiere de una estadía de varios días en el hospital.
Este procedimiento también requiere anestesia general. En él, dos o más vértebras se fusionan permanentemente. Esto se consigue con injertos de hueso de otra parte del cuerpo o de un donante. También se pueden usar tornillos y varillas de metal o plástico para brindar soporte adicional. Esto inmovilizará permanentemente una porción de la columna. El paciente también debe permanecer en el hospital durante unos días.
Una cirugía de hernia de disco puede ser una experiencia compleja; pero la mayoría de la gente se recupera en tan solo unas semanas. Entender qué implica ayuda a los pacientes a mantenerse firmes con su decisión, y a enfocarse en una recuperación completa.
Referencias: healthline
Verywell Health
Disc Spine Institute
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