Una columna sana se distingue por sus curvas. Cuando se ve de lado se aprecian, sin embargo, un exceso de estas en la zona torácica —en la mitad de la espalda— puede resultar problemático. Y a esto es lo que se le conoce como cifosis.
Un tipo particular de esta condición es de la Scheuermann, descubierta en los 20 por el radiólogo danés que llevaba este apellido. La enfermedad se caracteriza por vértebras en forma de cuña que hacen la columna torácica se curve demasiado hacia adelante.
La columna torácica debe estar curvada, pero si la curva supera los 45°, entonces estamos hablando de una deformidad —que suele ser descrita como una “joroba”—. La cifosis de Scheuermann ocurre durante el crecimiento de una persona.
Las vértebras normalmente tienen forma rectangular y están apiladas una encima de la otra como bloques de construcción con un cojín suave entre cada una. Si se juntan más en forma triangular, como cuando ocurre con este tipo de cifosis, la columna se curva más de lo normal. Esta enfermedad se desarrolla en adolescentes mientras los huesos aún están creciendo. Los hombres tienen el doble de probabilidades de desarrollar este tipo de cifosis que las mujeres.
5 % de la población sufre de cifosis de Scheuermann.
Muchos especialistas en columna han notado que en pacientes con cifosis de Scheuermann el ligamento que corre a lo largo de la parte frontal de la columna está engrosado. Los ligamentos son las estructuras que conectan los huesos entre sí, incluidas las vértebras. Este ligamento se llama longitudinal anterior. Algunos expertos creen que la tensión de este ligamento contribuye a la deformidad de la columna.
Las vértebras que forman la columna suelen ser rectangulares. Se apilan como ladrillos con cartílago flexible en el medio. Cuando un niño tiene la enfermedad de Scheuermann, el borde frontal de algunas de estas —de la parte superior de la espalda— crece más lentamente que el borde posterior. Estas vértebras adquieren forma de cuña, por lo que cuando se apilan, la columna se curva, haciendo que la espalda se redondee.
Los médicos no saben exactamente por qué algunos niños la contraen, pero es hereditaria. La altura y el peso también pueden ser factores.
Los siguientes síntomas se desarrollan lentamente entre los 10 y 15 años; los siguientes son los síntomas que pueden aparecer
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Para obtener un diagnóstico, el médico debe descartar primero otras condiciones con síntomas similares. Para ello, realiza las siguientes pruebas físicas:
Tomografías, resonancias magnéticas, estudios de conducción nerviosa y rayos X también son de utilidad.
Ya con un diagnóstico, el especialista determina el tratamiento a seguir según los síntomas específicos, pues este dependerá de la severidad, la parte de la columna afectada, las causas y si el paciente sigue en crecimiento.
Si bien algunas personas no requieren tratamiento, esto es lo que puede incluir:
Referencias: Spine Universe
Kid’s Health
University of Maryland Medical Center
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