Cuando el tratamiento conservador ha fallado, la cirugía es la siguiente opción para lidiar con una hernia discal. Si bien son muy pocos los casos que llegan hasta este punto, es importante estar preparado para afrontar el proceso. Afortunadamente, los avances científicos han permitido mejoras en las cirugías de mínima invasión y el surgimiento de la endoscopía de columna, procedimiento que ofrece muchas ventajas frente a uno tradicional. El Dr. Víctor Hugo Malo, jefe del Servicio de Columna en nuestro instituto, charló con nosotros al respecto:
1. ¿Cuáles son las opciones de tratamiento quirúrgico de hernia discal?
Hay muchas opciones actualmente. Hablando de hernia de disco lumbar, nuestro instituto se ha enfocado de forma importante en la mínima invasión por endoscopía. Cuando se trata de una simple, se hace endoscopia, que es la discectomía endoscópica a través de un orificio donde se trabaja y se retira la compresión de la raíz —en la región lumbar—. También hay distintos tipos de endoscopía —portales y monoportales—. Nosotros manejamos cualquiera, dependiendo el tipo de patología que presente el paciente. De cualquier manera, el 98 por ciento de los pacientes que atendemos es por esta vía endoscópica. Algunos pacientes, en contadas ocasiones, requieren también fijación, y también la hacemos a través de esta vía. Actualmente, toda la columna lumbar se puede tratar con esta técnica quirúrgica, que además nosotros mismos desarrollamos en México —utilizamos el mismo orificio para meter la cámara y colocar los tornillos—. Esto otorga una gran ventaja en la recuperación de los pacientes, y, además, lo podemos hacer con anestesia local.
2. ¿Cuáles son las señales de que es momento de someterse a un tratamiento quirúrgico de hernia discal?
El déficit neurológico: que tenga mucho dolor, irritación y disminución de la fuerza. Los signos dependerán de dónde se ubique la hernia. Pueden ser en el brazo, si es en la parte cervical; o en las piernas, por un problema torácico. Si ya no hay control de esfínteres, se trata del cono medular. Y si la pierna se siente pesada, estaríamos hablando de una hernia lumbar.
3. ¿Cómo se realiza una endoscopia de columna para tratar una hernia?
Se introduce una cámara en el cuerpo a través de un pequeño orificio, y por ahí mismo se trabaja y se introduce la instrumentación necesaria para retirar el disco. Lo que hace es magnificar la visión que normalmente se tiene. En una cirugía convencional abierta, uno entra y no alcanza a ver perfectamente. Pero aquí el endoscopio entra hasta el sitio que se desea ver. Hay una frase trillada que decía “grandes incisiones, grandes cirujanos”, la cual se debía a que la visión era lo más importante; por eso, mientras más grande, más luz entraba, y había una mejor visión. Pero, hoy en día, ya no es necesario hacer esto, porque ahora es posible tener adentro —con el endoscopio—, obteniendo los mismos resultados o hasta mejorándolos. Los endoscopios otorgan un incremento en la visión, lo cual permite mejores condiciones para el paciente.
4. ¿Cuál dirías que es el beneficio más tangible de que un paciente haga caso de someterse a una cirugía cuando se lo recomiendas?
Lo más importante es tener calidad de vida. Si el paciente lleva tiempo con un marcado deterioro por este problema, esta opción puede ofrecer una mejoría en su vida —hablando, de nuevo, de la parte lumbar—. Pero si es de la parte cervical o torácica, además de la recuperación de la calidad de vida, se puede prevenir un problema más grave.
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5. ¿Qué otras ventajas ofrece esta técnica sobre otras?
Recuperación inmediata, poco sangrado, anestesia local, posibilidad de irse a casa el mismo día... Tiene muchas ventajas, pero una rápida recuperación y la reintegración a su actividad laboral y vida cotidiana son las más valiosas de este tipo de procedimientos.
6. ¿Qué pasa si alguien que lo necesita decide que no someterse a un tratamiento quirúrgico de hernia discal?
Depende del sitio de la hernia. Si es en la parte lumbar, el dolor y la incapacidad siempre lo tendrán alerta y pensando en la aflicción; lo incapacita y le impide hacer su vida cotidiana. Si es en la parte cervical, y decide no hacer nada, se convierte en un problema grave que lo puede dejar paraplégico o cuadripléjico. Muchas veces llega a suceder. Un ejemplo: cuando alguien tiene un accidente automovilístico y resulta que tiene la incapacidad de mover sus manos o las piernas, este dice que antes del accidente estaba sano. Pero no suele ser así: ya tenía un problema y el accidente fue el gatillo que lo desencadenó. La compresión medular ya existía, y fue el percance lo que permitió detectarla. De ahí que muchas veces se diga eso, que “yo estaba sano antes del accidente”, y solo después aparece una gran sintomatología. Este es un ejemplo de cómo puede evolucionar una enfermedad.
